¿Te es familiar la frase anterior?
Desde que has dado a luz ¿sientes un rechazo hacia tu pareja que no sabes por qué te viene ni cómo gestionarlo? ¿Sientes rechazo tanto corporal como emocional?
¿Te sientes culpable por ello y te fuerzas a tener la misma relación con tu pareja sin tener las mismas ganas?
Déjame decirte que este rechazo es completamente normal.
Cuando te conviertes en mamá, tu cuerpo, tanto a nivel físico, como a nivel hormonal, neuronal y emocional, sufren un conjunto de cambios que, desde el desconocimiento y que en la sociedad occidental y el ritmo de vida actual hacen que cueste que te los puedas respetar y crean conflictos en tu entorno.
Voy a explicarte un poco…
¿Te sucede qué oyes a tu bebé llorar prácticamente antes de que empiece a hacerlo?
¿Te sucede que te olvidas de las cosas y eres incapaz de recordar hasta la lista de la compra o lo que te han dicho hace solo 2 horas?
¿Te sucede también que te sientes como una leona protegiendo a su cachorro cuándo alguien quiere tocar, coger o habla de como estás criando a tu bebé?
Voy a explicarte porque te sucede esto…
Por un lado hay algo muy evidente si lo miramos desde una vertiente científica y animal, aunque seamos racionales no podemos olvidar que somos animales mamíferos. Y, voy a aludir a las interferencias socioculturales actuales que hacen que estos instintos biológicos se vean alterados creando conflicto entre la díada madre-bebé en la crianza. Por lo que me voy a centrar solamente en los aspectos instintivos para que puedas entender ese «rechazo» hacia tu pareja.
Como he dicho, ya desde el embarazo te han sucedido un conjunto de cambios, evidentes y no tan evidentes que te van preparando para poder velar y garantizar la supervivencia de tu bebé y que continuarán hasta 2 años después del parto o hasta que dure la lactancia materna.
• Seguramente ya desde tu embarazo sentiste una sensibilidad extrema, que probablemente te hizo revisar y comprender tu historia vincular con tu madre. Éstos cambios a nivel psíquico te estaban preparando para poder tener una vinculación afectiva con tu bebé. Es decir, todos tus recuerdos de tu infancia, resurgen en ese momento para que puedas sanarlos si es el caso que tuviste una infancia traumática, o simplemente revisarlos, para luego poder vincularte con tu bebé y poder velar por su supervivencia. Así que, el embarazo es una muy buena oportunidad para acudir a terapia y sanar conflictos internos que resurgen en esta etapa.
• Paralelamente, hacia el final del embarazo, en tu cerebro y cuerpo se crean un conjunto de nuevas neuronas y hormonas que hacen que tu cuerpo se prepare para poder responder a todas las demandas de tu bebé. Hormonas que durante el embarazo tienen la función de aumentar tu apetito para que produzcas reservas para alimentar a tu bebé, protegerlo del estrés y crear un adecuado vínculo afectivo madre-bebé. Estás mismas hormonas, durante el momento del parto, cambian en cantidades provocando el inicio del parto y luego vuelven a variar, promoviendo así de manera natural el vínculo afectivo madre-bebé. Puede ser también que no sientas este vínculo, debido a interferencias farmacológicas como partos medicalizados o con atenciones de urgencias. Pero tarde o temprano, este vínculo, llega. Los cambios hormonales que suceden durante está etapa de la vida de la mujer da para escribir otro artículo completo, así que hablaré sobre ello en más profundidad en otra publicación.
• No puedo obviar los cambios físicos evidentes que suceden en el cuerpo como consecuencia de los cambios que te preparan para poder albergar el crecimiento del bebé en el vientre y que variaran en cada mujer. Cambios como crecimiento del vientre, ensanchamiento de las caderas, dolores lumbares, fatiga, etc.
Hasta el parto, es un proceso y unos cambios que te preparan para estar capacitada, preparada y predispuesta a asegurar la supervivencia y nutrición de tu bebé. Y es, en el momento que tu bebé está en tus manos cuando sientes realmente que estás evocada al 100% a él. Repito que hablo desde un instinto natural de animal mamífero, sin tener en cuenta las influencias socioculturales que pueden interferir en la satisfacción y realización de estos instintos.
Éste vínculo innato madre-bebé, se mantendrá todo el tiempo que dure la lactancia. Y una vez terminada tu cuerpo necesitará un tiempo de adaptación. Y son las hormonas que promueven la lactancia las que tienen efectos en la conducta maternal y en el sistema nervioso central de la madre, creando en ellas una sensación de calma y menor reactividad a estímulos estresantes. El tema de la lactancia y sus efectos en el vínculo materno-filial dan también para otro extenso artículo por lo que no me extenderé más aquí.
Remarcar también que todos estos procesos, cada mujer los vive y vivirá diferente dependiendo de su situación actual y su historia de vida.
Y ahora quizás pienses, y ¿qué tienen que ver estos cambios, con que rechace a mi pareja?
Pues algo que parece muy lógico y es que tu cuerpo está programado actualmente para proteger y garantizar la supervivencia de tu bebé mediante la alimentación y el cuidado. Toda tu energía estará dirigida a ello, por lo que, estar disponible para tu pareja es un «obstáculo» para este objetivo para el cual estás «programada». No es que lo rechaces propiamente dicho o que ya no lo quieras, simplemente que en está etapa de vuestra vida, el papel de la pareja no es el mismo que antes de tener al bebé. Y el estar en conflicto entre lo que tu instinto te pide y lo que la sociedad y entorno te exigen te crea malestar y rechazo.
Probablemente, te autoexiges y se te exige culturalmente que tienes que estar como estabas antes de parir con él, y eso es prácticamente imposible. Para que veas, hay todavía actualmente muchas culturas donde durante los primeros meses de vida, la madre vive en otra casa con otras mujeres y niños, sin los maridos. Como muchos animales mamíferos donde los machos se alejan de la manada de las hembras y las crías para que puedan maternar tranquilamente y no peligre su vida. Por lo que es completamente entendible esta conducta de rechazo hacia el «macho».
En la sociedad occidental actual, hay un patrón y una idealización de lo que es el amor y la relación de pareja que no admite cualquiera de estas conductas. Por lo que lo único que cabe es la comprensión de lo que os está sucediendo, y que os actualicéis en el momento presente.
Las relaciones son evolutivas y cambiantes. Tu no eres la misma hoy que ayer, ni serás la misma que mañana. Por lo que, en este caso, tu relación de pareja no puede ser la misma en todas vuestras etapas de vuestra vida. Es por eso que es importante y necesario que os actualicéis con lo que estáis viviendo ahora. Ya que a nivel social, remarco, hay muchos consejos, información teórica y patrones, que no ayudan a que el instinto maternal aflore y crean conflictos e inseguridades a las madres.
Para ello, hacerte estás preguntas y ejercicios puede ayudarte a entenderte, recolocarte y respetarte esta nueva manera de relacionarte y vivirte.
1. Empieza por informarte a nivel teórico de lo que está sucediendo a nivel neuronal y hormonal en tu cuerpo. Puntualizo, NO lecturas que aconsejen sobre como vivir tu maternidad, ni como criar o relacionarte, recomiendo libros que expliquen teorías científicas de lo que está sucediendo en tu cuerpo. Te ayudará mucho a entenderte. Te sugiero que lo hagas con tu pareja. Aunque él como nuevo padre también está sufriendo cambios, no son los mismos ni puede vivir los tuyos, por lo que saberlos puede ayudarle a entender un poquito más lo que te está sucediendo. Para ello, te recomiendo varias lecturas, aunque puedes encontrar muchas otras que hablan de este tema:
• «Psicología del embarazo» de Fernández Lorenzo, Patricia y Olza, Ibone.
• «Psicología del postparto» de Ramírez Matos, Esther.
• «El bebé es un mamífero» de Odent, Michel.
• «Guía para un embarazo consciente» de Casadevall, Laia.
2. Pregúntate que es lo que necesitas de tu pareja actualmente. Quizás ahora mismo, no necesitas encuentros tan físicos, íntimos o sexuales, o simplemente te das cuenta que no quieres la misma relación que antes, sino que necesitas de tu pareja que este presente de otras maneras. Déjate sentir de que manera necesitas ahora a tu pareja. Luego permítete escuchar que es lo que te sucede cuando te respondes. ¿Cómo está tu cuerpo? ¿Qué emoción hay? ¿Qué pensamientos? Con estas tres preguntas podrás ver si tienes algún conflicto interno como un juicio o creencia que te limiten a poder respetarte y compartir tu necesidad.
3. Una vez tengas bien clara la respuesta a la pregunta anterior, comparte con tu pareja de que nuevas maneras necesitas que este presente tu pareja. y permite de la misma manera también que el te muestre como te necesita actualmente respetando la realidad actual. Un ejercicio que os ayudará mucho a conectar desde un lugar de empatía y respeto es; poneros el uno delante del otro, miraros a los ojos, agarraros de las manos, tomad tres respiraciones profundas y pregúntate que necesitas ahora mismo de ella, compartirlo y entablar desde aquí un encuentro, mantener la mirada os ayudará a veros en el momento que estáis atravesando.
4. Buscad espacios para poder hablar, compartir y encontraros los dos con lo que os está sucediendo. Procurar que estos encuentros sean lo máximo frecuentes posibles. Aunque ahora mismo te parezca que con el bebé es impensable, seguro que hay ratos que el bebé duerme y os podéis encontrar. Es muy importante que puedas compartirle a tu pareja lo que te sucede y lo que necesitas, tanto a nivel físico como emocional. Y sobretodo, que tu estés en paz con lo que dices. Muchas veces tendemos a decir, que el otro no nos entiende o no nos respeta pero, somos nosotras mismas quién juzgamos nuestras acciones. Para ello, te puede servir de ayuda acudir a terapia para ver que te está sucediendo que a nivel interno te crea conflicto entre el querer o necesitar y el deber o el juicio. Hacer el mismo ejercicio descrito anteriormente para conectar antes de hablar os ayudará a hablar y compartir desde un lugar calmado y pudiendo ver al otro sin el ego de por medio.
5. En continuidad con el punto anterior. Revisa que te dices al respeto de como estás viviendo la maternidad. ¿Cómo estás viviendo esta nueva etapa?¿Cómo crees que la deberías estar viviendo? ¿Cómo te gustaría vivirla? Responde a estas preguntas teniendo en cuenta a nivel interno y personal tuyo, nivel relacional con tu bebé y nivel relacional con tu pareja. Aunque si quieres puedes extenderla a otras personas que creas importantes con las que te estés relacionando ahora mismo y que creas que necesita una revisión vuestra relación.
6. Pregúntate. ¿Estás viviendo esta etapa de tu vida desde la tranquilidad de que estás haciendo lo que te nace de las entrañas o la estás viviendo en conflicto interno y en discordancia entre lo que sientes y lo que haces? Preguntarte esto te hará poner conciencia a como estás viviendo y poder ver el conflicto des de fuera.
7. Es muy importante y básico para poder seguir encontrándoos en la relación que os actualicéis con lo que hay ahora mismo. Es por eso que podéis buscar nuevas maneras de encontraros y relacionaros entre vosotros y con el entorno desde esta nueva realidad. Podéis buscar nuevas actividades a hacer afines a vuestra actual realidad, como actividades para bebés, grupos de padres o padres/madres por separado, o cualquiera que creáis adecuada en este momento.
A continuación te propongo ejercicios para que puedas mantenerte tu en tu centro y tu presente. Esencial para poder estar presente con tu pareja.
8. Pon atención a tu cuerpo y a lo que te está sucediendo. Sé que suena imposible, pero no lo es. Seguramente es complicado hasta que te puedas duchar tranquila dependiendo de la edad del bebé y te has olvidad completamente de ti. Si es este el caso, aprovecha los momentos en que lo haces dormir y duerme plácidamente a tu lado. Aprovecha esos instantes para respirar y chequear tu cuerpo con la respiración, deja aflorar las emociones que hayan ese instante y permítete sentirlas para poder dejarlas ir. De esta manera vas tomando conciencia y aceptando y respetando lo que te está sucediendo y así podrás compartirlo con tu pareja sin exigencias, ni culpabilidad ni nada parecido.
9. Date unos instantes para ti al día y permítete cuidarte. Se que eso también suena imposible. Y aunque te tengas que duchar con el bebé en el balancín delante intenta en ese momento, poder estar presente en lo que estás haciendo para ti. Puedes hacerlo poniendo conciencia en sentir como el agua cae encima de tu cabello y al mismo tiempo que va bajando por todo tu cuerpo, imagina como una luz blanca de paz y tranquilidad va iluminando todo tu cuerpo llevándose con ella todo lo que te pesa en este momento.
Todos estos puntos anteriores, te ayudarán a revisar como estás viviendo esta nueva etapa de tu vida a nivel relacional con tu pareja y poder poner conciencia para realizar el cambio que deseas.
Recordarte que, acudir a un psicólogo o psicoterapeuta, te puede ayudar a aprender a vivir esta nueva etapa des del respeto y el amor hacia lo que te está sucediendo, de manera que podrás disfrutar de esta nueva etapa con todos lo cambios que te supone, tanto a nivel interno, como a nivel relacional.
Para ello, actualmente estoy ofreciendo un programa grupal que no solo te ayudará a vivir esta etapa en armonía si no que va un paso más allá y te ayudará a sanar y cortar con algunos patrones y heridas del pasado que seguro se te están despertando y afectan a tu relación.
No dudes en agendar una sesión de claridad gratuita y vemos si realmente este programa puede ayudarte a ti.
Espero que este artículo te haya sido de ayuda y lo compartas si crees que puede interesar a alguien más.
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