Aunque no voy a profundizar en el tema de la “veracidad” de la terapia gestalt, si me gustaría puntualizar que es una terapia que forma parte de la rama humanista de la psicología, por lo que, aunque no sea la rama más conocida y que abunde en todos los consultorios de psicología, es un enfoque psicológico y que aunque mayoritariamente se use para autoconocimiento y crecimiento personal, es completamente eficaz para tratar trastornos psicológicos.
Y en este artículo voy a definirla juntando mi experiencia personal como clienta, los conocimientos que adquirí durante mi formación como psicóloga, como terapeuta gestalt de adultos y de niños, las observaciones de un grupo de formación y mi experiencia profesional.
Conocí la terapia gestalt a raíz de encontrarme en una crisis existencial que reflejaba continuamente con mi pareja, que me llevó de cabeza a la necesidad de pedir ayuda. Y en ese momento no sabía ni me importaba que era la gestalt, yo quería ayuda. Por lo que lo primero que aprendí de esto, es que no importa la técnica sino el resultado. Y puedo decir, que me cambió la vida, la conciencia y la manera en como me encaro al mundo.
Estaba completamente cerrada en mí, me costaba horrores abrirme y expresar lo que me pasaba, de hecho es que no sabía ni que me pasaba.
La paciencia y el respeto que recibí hacia mi propio ritmo y proceso, fue clave para que pudiera confiar en mi terapeuta y permitir abrirme y dejarme ayudar. Y este respeto por los tiempos del cliente y la confianza, son dos valores básicos que tienen que estar en cualquier consulta donde se ejerza la gestalt.
El encontrarme ante otra persona, que sentía que me miraba, que se interesaba por mi, por lo que me estaba sucediendo, me hacía sentir aceptada y comprendida. Por lo que la autenticidad, la aceptación, y la comprensión son valores que todo terapeuta gestalt también debe tener.
Cuando este primer contacto de confianza se dio, poco a poco, me iba permitiendo, reconocer, sentir lo que me estaba sucediendo y aprender a ponerle palabras. Fue un gran trabajo el dejar los “no sé” y poder empezar a decir “estoy triste”, “esto me molestó”, “estoy contenta”, o poder detectar como estaba mi cuerpo y darme cuenta de como éste reaccionaba. Así empecé a crear en mí lo que es un pilar muy importante de la gestalt, el darse cuenta y la toma de conciencia, que son la base para la autoresponsabilidad. Y que actualmente forman parte de cada momento de mi vida, este poner atención a que siento a cada momento, y que me permite gestionar y afrontar con responsabilidad cada situación de mi vida, dándome el poder de elegir como decido vivirme en cada instante.
Siempre que hablaba de mi pasado, me ponía la atención a como me estaba sintiendo en ese momento, todo era llevado al presente y a como afectaba a mi vida, poniendo atención a los sentimientos y emociones que genera y no tanto a que es lo que pienso.
También me hacía retornar al presente cuando me iba en mi imaginación, con cosas que escuchadas desde fuera no tenían ningún sentido, pero yo dentro de mi cabecita les había encontrado, así que retornarme a lo obvio, lo real, era y sigue siendo a día de hoy una herramienta esencial para hacerme ver donde estoy y aterrizarme a lo que si hay. Y junto con esto, me ponía muchos deberes para que pudiera ir poniendo conciencia a la realidad de como estaba viviendo mi vida y des de donde. Por ejemplo, debía analizar de ciertas situaciones que me encontraba como me sentía, que pensaba, como estaba mi cuerpo, como reaccionaba, como me hubiera gustado reaccionar y como creo que debería haber reaccionado.
Como más me conocía, más me daba cuenta que no me conocía y más me cuestionaba mis valores, mis creencias y me iba dando cuenta de como quería vivir mi vida. Por lo que sentir, ver y analizar todas las creencias limitantes que tenía integradas en mi cabeza y modificarlas por las que sí quería en mi vida, fue otro punto clave de cambio de perspectiva en mi vida.
Y con esto, lo mejor, me facilitaba experiencias para que pudiera integrar todos esos “cambios” que quería en mi vida. Me ayudaba a encontrar mis propios deseos y recursos que me hicieran sentir que vivía como deseaba.
Algo que me costó bastante integrar era el “para qué”, ver que todo lo que hacía tenía una finalidad, que preguntándome el porque me iba a la cabeza y me desconectaba del sentir, que es lo que me llevaba a la realidad, y encontrando la finalidad, aunque muchísimas veces tardara en verla, me ubicaba en mi sitio, con la responsabilidad de seguir haciéndolo o cambiarlo.
Y no todo era tan bonito y darme cuenta de todo, muchísimos días me iba echa polvo, o enfadadísima por lo que estaba viendo y no quería ver, pero algo me hacía volver, y era el sostén que sentía allí dentro de esa sala, el sentir ese espacio un lugar sagrado donde poderme expresar sin miedo.
Otra cosa importante que pude ver y que es un pilar básico de la gestalt, es como funciona el ciclo de la experiencia y la capacidad innata del ser humano de autoregularse. A través de tomar contacto conmigo misma, sensaciones y emociones, pude ver donde yo estaba bloqueando el ciclo normal de autoregulación y satisfacción de la necesidad que tenía en cada momento y creando interrupciones inconscientes que obstaculizaban mi vida. Voy a entrar más en detalle sobre estos bloqueos en otro artículo. Pero para que quede claro voy a poner un ejemplo super claro de necesidad-satisfacción y la importancia de satisfacerla. Siento que tengo pipí, me doy cuenta que tengo pipí, movilizo mi cuerpo y paso a la acción, voy hacia el baño y hago pipí, ciclo cerrado. Si yo hubiera interrumpido la energía en alguna de estás fases, hubiera creado un conflicto o malestar en mi cuerpo.
Entre tanta terapia me puse a estudiar psicología, y de allí al ver que no encontraba mi sitio en todo lo que nos enseñaban, y la necesidad paralela de querer trabajar en grupo, y contra toda recomendación de mi terapeuta, me adentré a hacer la formación de gestalt.
Y allí pasé a lo que yo considero el siguiente nivel, que también sucedió a nivel individual. Junto con la desconexión y la incapacidad de hablar, otro de los grandes impedimentos que llevaba en mi piel era el contacto. Y me metí a una formación vivencial y grupal que no tenía ni idea de las dimensiones con las que me transformaría. En las relaciones todos somos espejos, y de esto se trata, de fomentar nuestra autenticidad y atrevernos a mirarnos en el otro. A aprender y sanar todo eso que vemos y nos chirría, a podernos expresar con autenticidad y sin miedo de decir un “NO” o un “SI”. En fin, no puedo decir que es un camino de flores, de hecho recuerdo muchísimo sufrimiento y mucho dolor, poder expresar todo lo que llevaba dentro durante tantos años, sacar todos esos sentimientos de tristeza, soledad y sentirme acompañada, es algo realmente muy sanador. Poder ver los juegos que estaba haciendo en mis relaciones, poder ver de donde venían me daba mucho sentido y fuerza para cambiarlos. Y ver que muchas veces no eran míos, eran heredados o aprendidos, me daba mucha paz y a la vez enfado hacía fuera que con el tiempo fui transformando en agradecimiento, (esto de las herencias da para otro artículo).
Y así pude ir recuperando poco a poco, el control de mi vida, dejando el sufrimiento, la ansiedad y la depresión a un lado y empezar a empoderarme y responsabilizarme de mi vida.
Bueno creo que la terapia grupal también da para otro artículo, así que me reservaré las palabras y doy por terminado el que es la gestalt y sus bases en estas líneas.
Dentro de todo este artículo, te dado algunas pistas y herramientas para que puedas aplicar la gestalt en tu día a día, si necesitas profundizar en más puedes escribirme y hablamos al respeto.
Y si este artículo te ha sido motivador y te apetece adentrarte en un proceso de ir hacía adentro tuyo para poder salir hacía fuera des de tu versión más alineada con lo que deseas, no dudes en escribirme y contactarme para conocernos y explicarte con que servicios puedo acompañarte actualmente.
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