CLAVES PARA MEJORAR LA COMUNICACIÓN EN LA PAREJA

CONTACTAR POR WHATSAPP

Probablemente muchas veces te enfadas y luego piensas no era para tanto o no lo piensas pero ves que te enfadas mucho. Quizás contestas de maneras atacantes o te das cuenta que tienes discursos hirientes y todo esto te está empezando a crear malestar o incluso a afectar a tu relación de pareja.

Ya te has dado cuenta de que hay algo de tu manera de comunicarte que no termina de ser agradable ni como tu desearías. Y este es un gran paso para empezar a hacer las cosas diferente.

Cuando te comunicas expresas un estado de ánimo, unos sentimientos con unas emociones determinadas de ese momento determinado, fruto de tus pensamientos y tus percepciones de las situaciones que preceden dicha comunicación. Por lo que tus interacciones están influenciadas por todo esto. Es por eso que es importante cuando comunicas observar desde donde dices lo que dices y desde donde lo dices. Porque quizás estás poniendo cosas entremedio que no vienen a sol ni a sombra, te estás rigiendo por unos sentimientos que quizás habría que evaluar si es sano ponerlos entremedio o no.

Hay una línea muy fina entre el respeto hacía ti misma y el respeto hacía la pareja, de la misma forma se puede aplicar al resto de relaciones humanas. ¿Hasta donde me tengo que callar lo que pienso para no herir al otro? La cuestión no está en callarte lo que piensas ni reprimir tus emociones para respetar al otro. La cuestión se basa en la autoresponsabilidad y es aquí donde se sostienen los límites de la línea del respeto. Para tomar responsabilidad de tus palabras y acciones tendrás que empezar a cambiar la forma de tu discurso.

Es importante expresar y respetar esa necesidad de sacar fuera y dar voz a lo que te pasa, y al mismo tiempo, como ya he dicho, hay que tener en cuenta des de donde y como se expresa lo que se expresa. Las relaciones se mantienen a cuesta de todos quienes las integran, está claro que tienes que mirar por ti y respetar tus necesidades, pero no te olvides que estás con alguien por que lo amas, y eso pasa por mirarlo y ver y respetar también sus necesidades.

A continuación voy a mostrarte pequeños cambios que puedes hacer en tu discurso que, si los llevas a cabo, verás como cambian drásticamente las dinámicas de comunicación de la relación.

  1. Hablar en primera persona. Cuando hablas en primera persona por un lado tienes en cuenta tus sentimientos, emociones deseos, necesidades, etc. Y por el otro te apropias de tus palabras, asumes tu realidad y te responsabilizas de lo que dices, tomando conciencia y manteniéndote en tu realidad. Dentro de la relación tomas y te mantienes en tu espacio, al contrario que si hablas en segunda o tercera persona, donde te disocias en el otro y pierdes tu posición. Y si el otro no comparte ese mismo punto de vista, se puede sentir coaccionado, acusado o presionado, dando lugar a actitudes defensivas, negaciones para escucharte y discusiones que ya sabes donde os llevan.
  2. Eliminar los absolutismos. El nunca, el siempre, el nada o el todo, son palabras absolutistas que no dan espacio a más y muchas veces hay matices que no queremos ver o reconocer porque estamos enfadados y nos movemos por nuestra herida que nos nubla la vista. Eso que dices que nunca hace, seguramente algunas veces intenta hacerlo, si tu le dices que nunca probablemente sentirá que estás desvalorando cuando si lo hace. Son palabras que si te paras a reflexionar des de la serenidad, probablemente verás que no es verdad.
  3. Preguntar antes de obviar, interpretar o aconsejar. Cuando interpretas estas poniendo tu experiencia, tu mirada y tus juicios en el otro, de esta manera estás invalidando la experiencia del otro y lo que está sintiendo con ella. Por eso es importante preguntar, preguntar antes de poner nuestra historia y nuestras fantasías. Probablemente te es familiar la discusión por algo que te has imaginado del otro, has montado un pollo y luego, después de hablar te has dado cuenta que todo era fruto de tu imaginación. Puntualización a parte, reconocerlo y pedir perdón te será un gran avance. Respirar y centrarte en ti antes de reaccionar te será la clave para ver que es tuyo y que es real de afuera.

Cuando reaccionas así, seguramente se han despertado los fantasmas de tus heridas pasadas, nublándote la vista y no dejando ver a la persona que tienes delante y su verdadera intención. A parte de hacer un trabajo de conciencia y intención haciendo estos pequeños cambios prácticos, si estos hábitos están muy arraigados en ti, quizás te será necesario indagar en tus heridas para sanarlas y erradicar de raíz estos hábitos.

A veces también seguramente explicas cosas por el mero hecho de la necesidad de desahogarte y no quieres un consejo, simplemente que te escuchen y validen tus sentimientos. Igual le puede pasar a tu pareja.

Cuando preguntas, cuando no interpretas y cuando no aconsejas, estás reconociendo al otro y le estás dando su 50% de espacio en la relación. Igual que tu quieres el tuyo y que te lo validen.

4. Reconocer cuando te equivocas. Muchas veces seguramente cuando estás enfadada te cuesta reconocer que te has equivocado o has cometido un error. Reconocer es un acto de compasión y humildad, a la vez que te permite aprender y mejorar. Cuando reconoces un «error» estás reconociendo a la vez esa parte tuya que a veces no actúa como tu quisieras, aceptándote así en toda tu integridad, con las partes de luz y de sombra que te integran. Reconocer es un paso muy importante para el cambio.

5. Escuchar cuando el otro habla. Escuchar es un verbo que parece muy obvio pero muchas veces cuando el otro habla seguro que ya estás pensando que responder y así dejas de escucharlo. Cuando el otro habla se nos mueven cosas por dentro, es importante hacernos cargo de ellas, respirarlas, sostenerlas y en todo caso expresarlas cuando sea nuestro momento. Si se te hace difícil mantener la atención en lo que el otro está diciendo, visualiza cada palabra que dice, imagina lo que está contando, pon atención a cada palabra, esto te mantendrá en el presente de escuchar. Recuerda también que todos somos espejos de todos y lo que ves en el otro es un reflejo de lo que hay en ti, reconocido o por reconocer, pero forma parte de ti. En otro momento, (después que el otro haya terminado y tengas tu espacio y tu tiempo) haz el ejercicio de integrarlo apropiándote de esas facultades.

6. Pensar antes de hablar. Muchas veces seguro que hablas sin pensar antes, por un lado hablando cosas que seguramente son redundantes y por otro quizás diciendo cosas que tu misma ya sabes la respuesta o sabes que van a dañar al otro. Pensar antes de hablar probablemente te evitará malos ratos en la relación. Para ello, antes de hablar; observa la necesidad real de decir eso: ¿Que quiero conseguir diciendo esto? ¿Es realmente necesario decirlo? ¿Cómo me gustaría a mi que me lo dijeran? ¿Qué de lo que voy a decir puedo aplicármelo a mi?

7. Habla del presente. A veces quizás tengas la tendencia a echar cosas en cara o hablar de cosas del pasado. Hablar de ello sola hará que reviváis sentimientos o emociones que quizás os sean desagradables y os lleven de nuevo a palabras groseras y momentos de discusión. Por eso es importante que cuando haya un conflicto se hable de sus sentimientos y emociones y se cierre desde la tranquilidad y con sentimientos de paz. Dando paso y espacio para las hechos nuevos y diferentes, dejando ir lo viejo que nos ha molestado. Aún así, puede que haya conflictos inconclusos que no se hayan cerrado y nos estén afectando en el presente, si es así, procura hablar de este en presente también, es decir, como eso que pasó en el pasado te está afectando actualmente en este momento.

8. Respetar al otro y su manera de gestionar las discusiones. Es importante ponerse en el lugar del otro y ver que no todos somos iguales y que lo que para ti es normal quizás para mi no lo es. Con esto me refiero a que quizás Juan necesita hablar las cosas al momento y puede hacerlo des de la calma y si no lo hace en el momento se irrita, pero quizás Laura necesita hablar en frío y en caliente irse a tomar el aire porque si no se irrita y sabe que va a hablar mal y hacer de un granito de arena una playa kilométrica. Por eso es importante conocerse (sabiendo que es lo que te hace bien y necesitas), respetarse, ponerse en el lugar del otro y poder llegar a acuerdos siempre consensuados. Por ejemplo, en este caso, Laura podría decir, necesito retirarme porque me estoy irritando demasiado. A lo que Juan podría necesitar hablar. Es importante entonces que Laura le dé un término a Juan diciéndole por ejemplo que cuando se sienta más tranquila vuelve y hablan, ponerle un tiempo por ejemplo. De esta forma seguramente los dos estarán en un término medio respetándose a ellos y al otro. Juan tendrá que esperarse pero tendrá la tranquilidad de que hay una hora pactada y Laura sabe que tiene que tomar aire, calmarse y volver a hablar.

Haciendo estos pequeños cambios en tus discursos probablemente puedas ver como la manera de relacionarte con tu pareja cambia drásticamente, volviéndoos más comprensivos y respetuosos entre vosotros fortaleciendo así vuestros vínculos.

Recordarte que esta puesta de conciencia y cambios no se hacen del día a la mañana. Puede ser un proceso costoso donde muchas veces lo intentarás y verás que no lo consigues. No desesperes, quizás lo consigas un día y dos no, hasta que finalmente lo consigas cada día. Empezarás por darte cuenta muchas veces después de haber reaccionado y a base de ir dándote cuenta, ir reconociéndolo aunque sea después de reaccionar ante el otro, poco a poco verás como irás estando más en tu centro y en la calma ante los desacuerdos en la relación.

Recuerda también que somos humanos y todos podemos tener un mal día, no te fustigues si de vez en cuando hay algún día que te sales de órbita.

Aún así, hay veces que puede haber una resistencia muy grande a realizar estos cambios. Si es ese el caso, quizás será el momento de indagar que hay detrás de esta necesidad de continuar reaccionando de cierta manera. Este ver que está pasando en ti, pasa por ver que te está mostrando el otro que hace que reacciones de determinada manera, porque seguro que no es con todo el mundo que reaccionas igual. Probablemente te despierte sentimientos o emociones de experiencias o vivencias pasadas no sanadas y habría que darles un espacio para poder gestionar diferente en el presente estas nuevas experiencias.

Puedes contactarme y te acompañaré en el que sea tu momento para mejorar tu comunicación e indagar en como sanar ésta relación que ahora mismo te crea sentimientos y emociones desagradables.

Por el resto, espero que te haya servido de ayuda este artículo y puedas aplicar con éxito las diferentes sugerencias.

CONTACTAR POR WHATSAPP

Comparte esta publicación

Post relacionados